El autoconsumo fotovoltaico se ha convertido en un recurso muy válido para que empresas de todo tipo puedan ahorrar en su factura de la luz. También en el sector del turismo, alojamientos y restaurantes se suman al cambio de modelo energético y apuestan por la instalación de paneles solares en sus tejados para convertirse en negocios más eficientes y rentables.
Para conocer de primera mano uno de estos ejemplos, tenemos que viajar hasta el municipio de Álora, en Málaga, donde el hostal Durán ha ejercido de anfitrión ideal para la energía fotovoltaica. Un sistema de autoconsumo de 5,5 kWp se ha instalado en la cubierta del edificio, con unas magníficas vistas sobre todo el pueblo y su castillo árabe de origen fenicio que en 1931 fue declarado Monumento Histórico Nacional.
La empresa instaladora Social Energy se ha encargado de poner en marcha este sistema que cada año produce 8.700 kWh de energía limpia. El inversor fotovoltaico elegido ha sido el SE5K SetApp de SolarEdge, que, por su tamaño reducido, ligereza y fácil instalación, y por contar además con una eficiencia superior (98%), resulta el equipo idóneo para una instalación fotovoltaica como esta. Para las placas solares se ha apostado por el fabricante alemán Axitec, modelo AXIpremium, colocadas sobre un sistema coplanar de la marca Sunfer. Todo el material ha sido suministrado por la distribuidora Krannich Solar.
La monitorización también es un aspecto muy importante en este proyecto. «Para clientes que no están familiarizados con el autoconsumo fotovoltaico, o que se deciden a colocar paneles solares en su negocio por primera vez, la solución de SolarEdge es brillante pues, gracias a su función My SolarEdge, el propietario de la instalación puede conocer en todo momento los datos de producción y consumo, de una manera muy sencilla e intuitiva desde su propio smartphone», explica José Manuel Rodríguez Martín, socio director de Social Energy.
Desde la azotea de la casa colonial del hostal Durán donde se han instalado los módulos, se puede disfrutar de una hermosa panorámica de Álora. Este municipio malagueño de casi 13.000 habitantes es uno de los destinos preferidos por los turistas que visitan el Caminito del Rey, ubicado a tan solo veinte minutos de aquí, y que saltó a la fama en los años 90 por tener la etiqueta de sendero más peligrosos del mundo. Tras estar cerrado al público unos años, y después de una ambiciosa rehabilitación por parte de la Junta de Andalucía, fue reabierto en 2015 y, desde entonces, se ha convertido en uno de los destinos más visitados de nuestro país. Actualmente, el valor turístico del Caminito del Rey sigue creciendo y se postula como candidato a convertirse en Patrimonio de la UNESCO.
Además, desde este enclave único se aboga por un turismo responsable que respete y proteja el maravilloso entorno natural en el que se encuentra. Valores que van de la mano con la idiosincrasia de la energía solar. Gracias a la instalación fotovoltaica puesta en marcha por Social Energy, se ahorran unas ocho toneladas y media de emisiones de CO2 al año. Y si hablamos en términos económicos, el cliente dejará de pagar cada año más de 1.600 € en la factura eléctrica, y se prevé que la inversión realizada en esta instalación fotovoltaica se recupere en menos de siete años.
Sobre Social Energy, Julia Machmud, delegada comercial de Krannich Solar España en la zona sur, ha querido destacar su gran compromiso social. «La empresa andaluza da cabida en su equipo a personas con diversidad intelectual, víctimas de violencia de género o colectivos en riesgo de exclusión social, y este es un gran ejemplo que desde el resto del sector debemos subrayar y aplaudir», comenta.